Oraciones

Puedes seguir las oraciones que se utilizarán en el evento o clase por aquí.

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Oración liberadora

ALABANZA A BUDA SHAKYAMUNI

¡Oh, Ser Bienaventurado, Shakyamuni Buda!,

precioso tesoro de compasión,

que concedes la paz interior suprema.

Tú, que amas a todos los seres sin excepción,

eres la fuente de toda felicidad y bondad,

y nos guías por el camino liberador.

Tu cuerpo es una gema que colma todos los deseos,

tu palabra, el néctar purificador supremo,

y tu mente, el refugio de todos los seres sintientes.

Con las manos juntas en señal de respeto, a ti me dirijo,

amigo supremo y fiel,

y te suplico desde lo más profundo de mi corazón:

Por favor, concédeme la luz de tu sabiduría

para disipar la oscuridad de mi mente

y sanar mi continuo mental.

Aliméntame con tu bondad

para que pueda ofrecer a los demás

un banquete de continuos deleites.

Gracias a tu compasiva intención,

tus bendiciones y obras virtuosas,

y mi sincero deseo de confiar en ti,

que todo el sufrimiento desaparezca de inmediato,

que disfrutemos de alegría y felicidad,

y el Dharma sagrado florezca sin cesar.

Oraciones por la paz en el mundo

La persona que dirige las oraciones lee la siguiente introducción:

Hemos de saber que estimar a los demás es el mejor método para que reine la paz en el mundo en general y para cultivar nuestra paz mental en particular.

Si todos rezamos con sinceridad para aprender a estimar a los demás, gracias al poder de estas oraciones poco a poco nos amaremos realmente los unos a los otros. Entonces reinarán siempre la paz y la felicidad pura y duradera en todo el mundo. Recordando esto recitamos las siguientes oraciones al mismo tiempo que nos concentramos en su significado:

Para alcanzar la paz interior suprema, la iluminación,

presento excelentes ofrendas a los seres sagrados,

–los seres iluminados de las diez direcciones

y la asamblea de Bodhisatvas–.

Todas las flores y frutos que existen

y todas las diferentes clases de medicinas;

todas las joyas que hay en el mundo

y todas las aguas puras y refrescantes;

montañas de joyas, arboledas

y lugares tranquilos y alegres;

árboles celestiales adornados con flores

y otros con ramas repletas de frutos deliciosos;

perfumes procedentes de los reinos celestiales,

incienso, árboles que colman todos los deseos y árboles de joyas;

cosechas que no necesitan cultivo

y todos los ornamentos propios de ser ofrecidos;

lagos y estanques adornados con lotos,

y el melodioso sonido de los gansos salvajes;

todo aquello que no tiene dueño

en todos los mundos, infinitos como el espacio;

visualizo todo esto y lo ofrezco con el debido respeto

a los seres supremos, los Budas y Bodhisatvas.

¡Oh, Seres Compasivos!, sagrados objetos de ofrecimiento,

pensad en mí con bondad y aceptad estas ofrendas.

Con la intención de alcanzar

la meta última y suprema,

que es incluso superior a la gema que colma todos los deseos,

he de estimar siempre a todos los seres.

Cuando me relacione con los demás,

he de considerarme la persona menos importante,

y con una intención pura,

estimarlos como seres supremos.

He de examinar mi continuo mental en todas mis acciones,

y en cuanto surja el engaño de la estimación propia

que me conduzca a mí o a los demás a actuar de manera inapropiada,

he de oponerme a él con firmeza y evitarlo.

Cuando me encuentre con seres desafortunados,

oprimidos por el mal y los grandes sufrimientos,

he de estimarlos como si fueran

un valioso tesoro difícil de encontrar.

Incluso si alguien a quien he beneficiado

y en quien tenía grandes esperanzas

me perjudicara de manera intencionada,

he de considerarlo como mi sagrado Guía Espiritual.

Cuando alguien, por celos o por odio,

me cause daño o insulte,

he de aceptar la derrota

y ofrecerle la victoria.

En resumen, que directa e indirectamente

ofrezca mi ayuda y felicidad a los maternales seres,

y tome en secreto

todas sus desdichas y sufrimientos.

Además, que gracias a todas las prácticas mencionadas,

junto con una mente limpia de las manchas de las concepciones de los ocho extremos

y que percibe que todos los fenómenos son ilusorios,

yo y todos los seres sintientes nos liberemos de la prisión de las apariencias y concepciones equívocas.

Después de recitar estas oraciones guardamos silencio durante cinco minutos.

 

Oraciones de la tradición virtuosa

Para que la tradición de Yhe Tsongkhapa,

el Rey del Dharma, pueda florecer,

que todos los obstáculos sean pacificados

y que abunden las condiciones favorables.

Que gracias a las dos acumulaciones, mías y de otros,

reunidas durante los tres tiempos,

pueda la doctrina del Vencedor Losang Dragpa

brillar para siempre.

 

Oración de nueve versos de Migtsema

Tsongkhapa, corona de los eruditos de la Tierra de las Nieves,

eres Buda Shakyamuni y Vajradhara, fuente de todas las realizaciones,

Avalokiteshvara, tesoro de compasión inconcebible,

Manyhushri, suprema sabiduría inmaculada,

y Vajrapani, destructor de la multitud de maras.

¡Oh, venerable Guru Buda!, síntesis de las Tres Joyas,

con respeto, con mi cuerpo, palabra y mente, te suplico;

bendícenos a mí y a los demás seres para que nos liberemos y realicemos,

y concédenos las realizaciones comunes y supremas.     (x3)

un banquete de continuos deleites.

Gracias a tu compasiva intención,

tus bendiciones y obras virtuosas,

y mi sincero deseo de confiar en ti,

que todo el sufrimiento desaparezca de inmediato,

que disfrutemos de alegría y felicidad,

y el Dharma sagrado florezca sin cesar.